«Realidad Aumentada y Realidad Virtual: ¿Has entendido ya la diferencia?», por Silvia Leal
La realidad virtual y la realidad aumentada se han puesto de moda. Estos días podemos leer, casi a diario, montones de noticias que hablan sobre ellas y todo lo que pueden llegar a hacer por nosotros. Sin embargo, son pocas las que explica la diferencia real que hay entre ellas y, sobre todo, por cual es mejor apostar, así que vamos a por ello…
Como su propio nombre indica, son dos tecnologías con muchas cosas en común. Ambas tienen un largo pasado, dado que tras más de cinco décadas entre nosotros ninguna de las dos ha conseguido despegar y comparten futuro también, puesto que ambas vienen a toda velocidad, por fin, a cambiar nuestras vidas. Sin embargo, su propia definición establece una clara línea divisoria: mientras que la realidad aumentada complementa nuestra visión del entorno, la realidad virtual la sustituye. En otras palabras, la realidad virtual nos traslada a escenarios ficticios generados de manera digital. En ellos podremos experimentar cosas simuladas que se parecerán (o no) al mundo real, pero que no lo son.
Por el contrario, la realidad aumentada nos sumerge en una visión enriquecida de la realidad, pero sin salir de ella. Su incorporación para mejorar el proceso de formación o la eficiencia interna son casos cada día más frecuentes en el mundo de la empresa. Esto explica que, desde su nacimiento, la realidad virtual haya estado muy ligada al entretenimiento y los juegos digitales, mientras que la aumentada ha preferido mantenerse en mundos más profesionales. En la actualidad, ambas se dirigen, curiosamente, hacia la polaridad contraria.
Ambas tecnologías están en estos momentos en un punto de inflexión clarísimo, dado que han conseguido evolucionar mucho estos últimos años, consiguiendo sumergirnos en experiencias extraordinarias a través de dispositivos y aplicaciones, por fin, con un coste reducido (en particular, comparado a las herramientas previas). Por ello, me atrevo a afirmar, sin miedo a equivocarme que, efectivamente, ha llegado su momento. Sin embargo, si ponemos la mirada en su evolución, hay una clara ganadora que, según los expertos, será la realidad aumentada…
Mientras que para el año 2020 se espera que la realidad aumentada genere una facturación de 150.000 millones de dólares a nivel mundial, la realidad virtual generará en torno a 30.000 millones. Esto no le quita valor, porque son en ambos casos cifras muy altas, pero deja claro que el impacto de la primera en la industria será mayor.
Por todo ello, aunque en estos momentos se le esté prestando menor atención, no debemos perderla de vista. ¿Realidad virtual? Sí, pero aumentada también!!! Arrancar un proyecto con esta tecnología, por fin, es algo que cualquiera con una inversión «básica» podría hacer realidad y debemos abrir los ojos bien a todas las posibilidades…
Silvia Leal