Innovación o hipoacusia

Silvia Leal

La influencia del espacio físico sobre nuestro comportamiento en el trabajo incuestionable. Por ello, la ergonomía es fuente desde hace ya años de abundante literatura.

Tras esta introducción algunos me preguntarán, ¿Qué tiene esto que ver con la innovación? ¿De verdad tiene que ver? La respuesta es fácil: Sí, por supuesto, y… ¡¡¡Mucho!!!
Si no estamos cómodos en nuestro puesto de trabajo, si falla algo en el clima, no aportaremos nuestro 100% ni nos esforzaremos por innovar. ¿Para qué? Tendremos mejores cosas que hacer.

Un buen clima requerirá, como pilar básico, espacio suficiente, una adecuada iluminación y una buena climatización. Por supuesto, deberá cuidarse la ventilación y garantizarse las condi­ciones de limpieza e higiene. Además, será importante asegurarse de disminuir o, incluso, eliminar la influencia de elementos que induzcan a la distracción. Son cosas que a todos nos resul­tarán evidentes, pero muchas veces es necesario reflexionar sobre ellas porque el día a día lleva con él en demasiadas ocasiones a su descuido. Profundizaré así, a modo de ejemplo, sobre el ruido.

Los trabajadores que se exponen de forma prolongada a una frecuencia alta (en torno a los 4.000 Hz) pierden agudeza auditiva en las bandas próximas, por una lesión que con el tiempo se amplía hasta la banda de la voz humana. La frecuencia de esta patología, conocida como sordera profesional o hipoacusia, es tal que ocupa cada año uno de los puestos de liderazgo en las listas de enfermedades profesionales. Se genera como consecuencia de una degeneración progresiva de las células ciliadas del órgano de Corti (en el oído interno). En muchas ocasiones comienza sin que el afectado la perciba, con el agravante de que es degenerativa y de que no tiene tratamiento. Además, a menudo evoluciona acompañada de la constricción de los vasos sanguíneos, de un aumento del ritmo cardíaco y de la respiración, así como de la dis­minución de la actividad del funcionamiento digestivo y cerebral.

Puede parecer que se trata tan solo de un caso extremo y no de algo que deba preocupar a aquellos que trabajen, por ejemplo, en una ofi­cina. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. ¿Cuántas veces no nos hemos dado cuenta, hasta que han sido apagados, del sonido ensor­decedor de los aparatos de aire acondicionado del edificio? ¿Cuántos de nosotros hemos trabajado en un ambiente ruidoso, con continuos murmullos y ruidos de teléfono, al que nos hemos conseguido adaptar (a la fuerza) hasta dejar incluso de escucharlos? El impacto de estas situaciones puede provocar, como poco, cansancio, dolor de cabeza y falta de sueño. Todos somos posible carne de cañón para ellas.

La hipoacusia es tan solo un ejemplo de la larga lista de patologías profesionales publicada por la Organización Internacional del Trabajo. Muchas de ellas son resultantes de proble­mas ergonómicos, lo que se ha acentuado con la llegada de las nuevas tecnologías. Con ellas se han incorporado a la lista nuevos miembros como «la maldición del ratón» (síndrome del túnel carpiano), lesión que surge por la compresión e inflamación del nervio de la muñeca como resultado de posturas extremas durante períodos prolongados de tra­bajo intenso y repetitivo.

En pocas palabras, no solo hay que asegurarse de construir un buen en­torno físico para superar las tradicionales auditorías laborales o de segu­ridad, hay que hacerlo porque es imprescindible para que los empleados aporten todo su potencial y porque lo contrario puede salir muy caro.

Silvia Leal

Silvia Leal

Doctora en Sociología, experta en e-liderazgo, transformación digital y energía innovadora. Asesora de la Comisión Europea, Mentora del Human Age Institute y Directora Académica del Programa en Dirección TIC & Innovación Digital del IE Business School. Colabora con el programa Emprende (Canal 24 horas y La 1 de RTVE) y la Agencia EFE donde tiene su propio blog (e-Renovarse o morir). Es además consultora y conferenciante y está reconocida como una de las diez expertas más influyentes de España.

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1 respuesta

  1. 27/05/2015

    […] Los trabajadores que se exponen de forma prolongada a una frecuencia alta (en torno a los 4.000 Hz) pierden agudeza auditiva en las bandas próximas, por una lesión que con el tiempo se amplía hasta la banda de la voz humana. La frecuencia de esta patología, conocida como sordera profesional o hipoacusia, es tal que ocupa cada año uno de los puestos de liderazgo en las listas de enfermedades profesionales. Se genera como consecuencia de una degeneración progresiva de las células ciliadas del órgano de Corti (en el oído interno). En muchas ocasiones comienza sin que el afectado la perciba, con el agravante de que es degenerativa y de que no tiene tratamiento. Además, a menudo evoluciona acompañada de la constricción de los vasos sanguíneos, de un aumento del ritmo cardíaco y de la respiración, así como de la dis­minución de la actividad del funcionamiento digestivo y cerebral… ¿Te suena? Si quieres saber más: http://masmovilidad.com/2015/05/26/innovacion-o-hipocausia/ […]

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