Economía colaborativa. ¿Destruirla o convivir con ella?

ENELA GOMEZSu reputación le precede. Elena Gómez del Pozuelo ha acumulado más de 25 años de experiencia transformando ideas en negocios digitales perdurables. Es conocida como empresaria dentro y fuera de España. Experta en eCommerce, retail y ventas al por mayor, actualmente es miembro de la junta directiva de empresas y asociaciones como adigital (presidenta), bebedeparis.com (co-fundadora) y womenalia.com (presidenta), entre otras.
Los números le avalan como experta digital, con más de 80.000 seguidores en Twitter, más de 20.000 conexiones en Linkedin y más de 10 start-ups fundadas.
Cuando accedió a participar en Más Movilidad con ésta entrevista no tuvimos duda de que el tema iba a ser la economía colaborativa. Elena Gómez del Pozuelo es toda una experta y una adelantada a su tiempo en cuanto a este tipo de empresas se refiere. Creemos que pocas personas mejor que ella nos van a poder dar una versión tan simple, sincera y global sobre esta temática.


Hemos leído mucho sobre economía colaborativa. ¿Puede darnos usted una clave?

La sociedad está pasando de la necesidad de ser propietarios de las cosas a la de ser disfrusuarios. Es decir, prefiere disfrutar de su uso que poseerlas. Esto es un cambio de mentalidad muy significativo frente a conceptos más del siglo pasado, en el que todos querían poseer una casa, un coche, en fin muchos objetos, incluso demasiados.

¿En España vamos con retraso con respecto a esta mentalidad? ¿Seguimos teniendo el arraigo por decir «esto es mío»?

Creo que para responder ésta pregunta hay que dividir España por generaciones. Es decir, de 40 años en adelante seguimos con los conceptos del siglo pasado. La gente joven tiene otras necesidades, por eso es el caldo de cultivo de iniciativas como la economía colaborativa.

¿Es algo positivo para la economías nacional?

No podemos insertar este tipo de economías en lo positivo y lo negativo. Es simplemente la forma en la que están viniendo los tiempos y digamos que no queda otra que adaptarse.

Por ejemplo, sabemos que la patronal de autobuses ha puesto un recurso contra BlaBla Car. Ha denunciado a la aplicación porque le «arrebata» clientes. Yo creo que con esas actitudes no se consigue nada.
No puedes cambiar las demandas de la gente.  No lo vas a cambiar por denunciar y enfadarte. Es más inteligente adaptarse.

Por poner otro ejemplo, hay gente que quiere prohibir el Airbnb en España. la cifra de pisos en alquiler por Airbnb solo en España ronda los 300.000. Ante estas cifras, querer prohibirlo es inútil.
Lo que debemos hacer es aceptar de una vez que son nuevas economías, que hay unas 300.000 personas que están alquilando sus pisos y ganando dinero que de otra manera no ganarían, debemos no intentar reprimirlo, sino intentar regularlo de alguna manera que se pueda hacer y que ordene el sector.

¿Esto se puede extrapolar a otro sector que no sea el “servicios”?

¡Claro!
Poco a poco este sentimiento se extrapolará a todos los sectores. Se trata del sentimiento de compartir, ahorrando costes, materia prima, esfuerzos…
La sociedad está muy avanzada en cuanto a esta mentalidad. Hay muchísimos modelos de negocio y muchos sectores que ya están ahí.
Lo que falta es que las empresas de estos sectores se adapten y hagan su transformación digital.

¿Cree que el problema legal que ha estado sufriendo este tipo de economías surge del miedo?

Totalmente.
Ven tambalear sus cimientos.
Por ejemplo, el tema de UBER. ¿A quién le molesta? A los taxistas.
Ven tambalear su negocio porque durante muchísimos años han prestado el mismo servicio que, actualmente, parece que se está quedando obsoleto. Yo entiendo que ellos pagan unas licencias, tienen unos requerimientos legales…
Pero si la gente demanda UBER, es porque los taxistas no prestan ese servicio. Deberían estar atentos a qué demandan sus futuros clientes para adaptarse y adelantarse a la competencia.
De momento lo han parado. Es cierto. UBER ahora está dedicándose al transporte de comida a domicilio. Pero estoy segura que volverá porque la necesidad en la sociedad ya está creada. Es cuestión de tiempo, cuando la sociedad ya demanda una cosa, por mucho que se empeñen los autobuses, los taxistas… ya no se puede volver atrás. Como digo es cuestión de tiempo y la sociedad demanda un tipo de economía colaborativa, sostenible.

A mi me parece muy notable el ejemplo de Kike Sarasola, el empresario del mundo de la hostelería que veía como pisos que estaban cerca de sus hoteles eran alquilados mediante la plataforma Airbnb y la ocupación había descendido notablemente. Sabiendo que no iba a conseguir nada intentando prohibirlo, decidió adaptarse y ofrecer a esos propietarios que alquilaban los pisos, el servicio de conserjería. Limpieza de pisos, recogida de llaves, depositorio de maletas…
Ha conseguido más negocio a través de esto que de la otra manera y demostrar que la mejor opción es adaptarse.

Igualmente cada país, incluso cada ciudad, y, si me apuras, cada sector, reacciona de manera distinta ante la inmersión de la economía colaborativa.
Por ejemplo Reino Unido es muy liberal en este sentido, Francia, para seguir con el ejemplo el sector del taxi, éstees muy fuerte y también han parado UBER. Podríamos decir que también podemos separarlos por sectores. Depende de la presión que puedan hacer un sector u otro.

Sabemos que la asociación que usted preside (Adigital) ha ejercido de paraguas para Sharing España. La primera asociación nacional de economía colaborativa. ¿Se han encontrado con muchas trabas?

En realidad es Adigital la asociación y Sharing es una comisión que agrupa al sector, surge dentro de una asociación ya creada. Bajo nuestro paraguas se crea este grupo de compañías. Hemos querido impulsar estas empresas pues creemos que es mejor ayudarles a regularse como ya están reguladas en otros países del mundo, y son empresas que quieren estarlo. No buscan vivir bajo los límites de la legalidad. Lo que no se puede es intentar prohibirles porque esa economía ya existe, y esa semilla está en la mentalidad de las nuevas generaciones.
Nosotros ofrecemos asesoramiento legal, apoyo para la regulación (frente al gobierno, o a la comisión europea)… En fin, creemos que apoyar este tipo de empresas es apoyar el futuro de la economía.

Elena no me quería ir sin hablar sobre  Womenalia, ¿Cómo surge la idea? ¿Cómo funciona?  

Nosotras habíamos detectado que en la mayoría de los casos los hombre cierran negocios, hacen networking, en bares, o en lugares sociales, después de trabajar, o en reuniones informales. El problema es que las mujeres cargamos con el 80% del peso familiar. Hijos, casa, familiares…  Entonces surgió la idea de crear una red desde la que poder apoyarnos, dar difusión, consejos en fin, hacer networking.
El 70% de las licenciadas son mujeres, en general con mejores notas. Pero vemos que solo un 5% llegan a CEOS, en puestos direcivos solo un 12%, en consejos directivos poquísimas… El problema, como ya he dicho es la carga familiar que no está del todo repartida, a pesar de los grandes avances sociales en este tema, de reparto de tareas y conciliación.
Pensamos que si nos ayudamos entre nosotras, podemos dar un apoyo desde casa a estas ideas y proyectos.

Womenalia no es exclusivamente para mujeres, hay algo así como un 10% de hombres dentro de la red. Hombres que quieren apoyar el proyecto, pues el cambio debe ser conjunto entre géneros.
Por desgracia, y ojalá no lo fuera, creemos que sigue siendo necesario un impulso para que mujeres válidas y preparadas, lleguen a alcanzar puestos de responsabilidad.

 

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1 respuesta

  1. 24/09/2015

    […] Durante el día de hoy está teniendo lugar en encuentro Womenalia Day. La red social para mujeres de la que la semana pasada hablamos con su directora, Elena Gómez del Pozuelo. […]

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