«El trabajo no tiene sentido si no les hace felices»
Carlos Alonso llevaba más de veinte años dedicados al mundo de la comunicación y la empresa, hasta que un día decidió escribir un libro y su trayectoria profesional dio un giro de 360º. Desde entonces ha profundizado en el comportamiento humano, lo que le hizo estudiar coaching. Con todo este bagaje, escribe y da conferencias sobre reinvención, actitud, optimismo, inteligencia emocional, comunicación…
Aunque actualmente su carrera profesional esté orientada a otras tareas, se ha llevado más de 20 años dedicado a la comunicación empresarial. ¿Qué cambios destacaría de los que se han producido durante estas dos décadas?
En estos últimos años hemos visto como se han dado pasos de gigante en la consolidación de un mercado global, gracias a las nuevas tecnologías y a una forma de hacer comunicación en la que Internet tiene una protagonismo fundamental. Pero también hemos asistido a una transformación de valores que nos han conducido a una forma más flexible de entender el trabajo, proceso por el que siento fascinación, dado que está cambiando también nuestra forma de vivir.
En su último libro El síndrome de la oruga, ofrece un método inspirador para, podríamos decir, cambiar algo, reinventarse, motivarse… ¿Puede adelantarnos algo?
Resumiéndolo mucho, mi último libro, El síndrome de la oruga, explica cómo podemos adaptarnos a esos cambios mediante una reinvención constante. Y para ello hablo de mi método, en él contemplo tres fases por las que pasa una persona que quiera aspirar a desplegar todo su talento profesional, haciendo un símil con la mariposa que logra culminar su metamorfosis hasta extender su alas y volar libremente.
¿Reinventarse está al alcance de todos? ¿Todos tenemos aptitudes para hacerlo o es cuestión sólo de actitud?
Todos podemos reinventarnos, pero sólo los que tienen la actitud necesaria lo consiguen. Y es que reinventarse es enfocar nuestra vida profesional hacia aquello para lo que estamos más capacitados y hacia lo que nos gusta, que no siempre coincide con la elección previa que hayamos hecho o con la formación recibida. Por tanto, la valentía y la constancia serán determinantes para afrontar este proceso de cambio que, según nuestras circunstancias particulares, puede ser más o menos complejo, pero que suele culminar en una plena satisfacción porque logra dar mayor sentido a nuestra vida profesional.
Usted es un excelente ejemplo de reinvención. ¿Hubo un momento clave que le llevo a emprender este proceso?
Hay muchas personas que han hecho reinvenciones excelentes, sin ir más lejos la semana pasada estuve en Valencia y conocí a Agustín, un tipo estupendo que había pasado de ser ingeniero informático en una empresa a taxista metropolitano, y que se consideraba una persona muy afortunada con su nueva vida profesional y la libertad de elección de que disponía.
Pero en mi caso, en el año 2009 publiqué mi primer libro, el cual hacía años que quería escribir. Desde entonces he escrito cinco más y no he parado de dar conferencias. Lo cierto es que me gustaba mi profesión, pero básicamente quería ponerme a prueba como escritor y como comunicador, y el resultado me ha llevado por unos caminos fascinantes. Es decir, que en mi reinvención no había un guión previo porque no sabía bien lo que quería hacer ni mucho menos cómo hacerlo, sino que exploré en una dirección por la que sentía atracción y en la que creía que podía hacerlo bien. Intuición, inquietud por superarme, capacidad de análisis… varios factores influyeron. Ojalá hubiese sabido cómo hacerlo con la técnica adecuada, pero lo importante ha sido el resultado.
Ha sido una reinvención en la que han fluído muy bien las cosas, pero considero que los más importantes es que he tenido la necesidad de saber más de por qué nos reinventamos, de cómo lo hacemos y de ayudar a otras muchas personas a hacer este camino creando un método para conseguirlo.
¿La reinvención personal es un punto y aparte o un proceso continuo?
La reinvención es una actitud frente al trabajo. No podemos reinventarnos sin conocernos bien, sin apoyarnos en nuestras fortalezas y sin definir una meta acorde a nuestras posibilidades. Una vez alcanzamos la confianza en nosotros mismos, el proceso no tiene fin porque podemos llegar tan lejos como queramos; tan sólo dependerá de nuestra visión y pasión por lo que hagamos.
¿Es el contexto actual, de incertidumbre económica / social, un buen momento para reinventarse?
Siempre es un buen momento porque reinventarse es apostar por hacer algo que nos motiva y que nos gusta. La reinvención no entiende de tiempos ni de justificaciones, entiende de objetivos y de querer conectar con lo que nos apasiona.
¿Existe algún secreto para conciliar anhelo y realización personal?
Sí, ser fiel a ti mismo, tus deseos y creer en ti.
Una de sus funciones actuales es transmitir optimismo a las empresas. A priori, parece una tarea difícil, sobre todo en este contexto de crisis económica. ¿Cómo se enfrenta a estas situaciones?
En mis conferencias intento inspirar y pautar, y la única manera que entiendo para lograrlo es captando la atención del público con un mensaje atractivo. Para ello, intento que por unos minutos se alejen de sus problemas y que vean que el trabajo no tiene sentido si no les hace felices.
Usted dice que para formar un equipo ganador “hay que fortalecer los vínculos que los unen a las empresas”. ¿Están las empresas moviéndose en esta dirección? ¿Es condición sine qua non para alcanzar el éxito?
Para crear un equipo ganador hay que intentar unir a personas que se quieran comprometer con el proyecto, y para lograrlo antes hay que comunicarse bien con ellas y escucharlas, atender a sus necesidades.
El modelo de gestión empresarial que viene es algo menos obsesivo con el control y prestará más atención al bienestar de las personas, y al equilibrio de sus emociones. Sólo de ese modo podremos alcanzar una rentabilidad sostenible en las empresas. Y es que desde la Revolución Industrial nos hemos centrado en producir más y mejor, y ahora nos toca recuperar la atención en las personas, algo que se había ido degradando progresivamente durante todos estos siglos.
¿Qué debe hacer una empresa para que un equipo comercial se identifique y la sienta suya?
Fijar un rumbo claro, ser transparente y justa en sus actuaciones, e incentivar adecuadamente (persona a persona).
Otro aspecto que usted pregona es la necesidad de crear vínculos afectivos con sus clientes. ¿Es solo una cuestión de trato personal o de política de empresa?
Un abogado acaba convirtiéndose en muchos casos en amigo de sus clientes, lo mismo que un médico de cabecera… y esa fidelidad se produce como resultado de encontrar a profesionales que nos solucionan problemas, pero con los que sentimos una clara proximidad emocional. El resultado de todo ello es la fidelización de la relación y, en gestión empresarial, el primer objetivo es crear valor añadido y el segundo es ese, el de fidelizar.
Pero quiero remarcar que los únicos vínculos afectivos duraderos son los que salen del corazón.
En su último libro habla también de la importancia de la confianza en sí mismo para enfrentarse a los cambios. ¿Hay alguna técnica que nos ayude a fortalecer la auto confianza?
Sí, tener muy claro en qué somos buenos y saber distinguir que errar no es ser malo en algo, que el haberse desfasado no quiere decir el estar incapacitado… y alejándonos de creencias de este tipo que son sólo fruto de pensamientos sesgados y no de la realidad. Para ello hay que tener mentalmente muy presente algunas situaciones en las que hayamos salido victoriosos, con el fin de no olvidar que podemos hacerlo de nuevo o de que si hay otros que lo han conseguido, nosotros también podemos hacerlo.
Más de 17.000 seguidores en Twitter. ¿Qué creen que esperan de usted?
Sólo puedo que agradecer a todas esas personas su apoyo, pero no sé bien lo que esperan de mí. Yo lo que sí intento es transmitir con pasión mensajes que ayuden a pensar lo grandes que podemos llegar a ser si nos proponemos encontrar un sentido a lo que hacemos. Y, si lo me permitís, quisiera terminar con una frase de Albert Camus que resume bastante el propósito con el que quiero ayudar a despertar a cuantos lo quieran: “En las profundidades del invierno finalmente aprendí que dentro de mí había un verano invencible”.